Existe una clara relación entre el estado emocional y la fertilidad.
El estrés y la ansiedad pueden tener un impacto en la capacidad reproductiva en algunas personas. Aunque la relación entre el estrés y la fertilidad puede ser compleja y variar de una persona a otra, se ha observado que niveles altos y crónicos de estrés pueden influir negativamente en la salud reproductiva en las siguientes formas:
- Alteración de hormonas: El estrés crónico puede afectar el equilibrio hormonal, incluyendo la regulación de hormonas relacionadas con la fertilidad como el estrógeno y la progesterona. Esto puede tener un impacto en la ovulación y el ciclo menstrual.
- Dificultades en la ovulación: En algunas mujeres, el estrés puede causar problemas con la ovulación o incluso detenerla temporalmente, lo que reduce las posibilidades de concebir.
- Cambios en el sistema inmunológico: El estrés puede afectar el sistema inmunológico y crear un ambiente menos propicio para la implantación y el desarrollo del embrión.
- Calidad del semen: En los hombres, el estrés crónico puede influir en la calidad del semen y en la producción de espermatozoides.
- Menos frecuencia de relaciones sexuales: El estrés y la ansiedad pueden afectar el deseo sexual y llevar a una menor frecuencia de relaciones sexuales, lo que disminuye las oportunidades de concepción.
Es importante recordar que no todas las personas experimentan el mismo nivel de impacto. Algunas parejas pueden concebir incluso en situaciones de estrés, mientras que otras pueden encontrar que el estrés es un factor que dificulta su capacidad reproductiva.
Las mujeres con altos niveles de estrés y ansiedad pueden ovular hasta un 20% menos.
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